DES-ENCUENTROS


Eterno desencuentro de los fantasmas de esta historia.
Eterno encuentro del silencio.
Quebrado mil veces, reconstruido para cantar palabras rotas.
Un trato duro, necesariamente duro.
Mientras de noche los silencios gritan
y la herida se dispone a explotar.

No oigo tu canto, pero sé que gritas.
Y ahora es tarde y ahora yo no estoy ahí.
Ahora estás solo disfrutando de tu corazón iluminado
por tanta oscuridad.
Meditando en arreglar el consecutivo fiasco de una vida paralela que nunca existirá.
Los días son lentos como el registro que tengo sobre tu cuerpo.
Como el registro que tengo sobre tus desabridos ojos sobre los míos.
El fuego que selló tu alma.
Tus primeros palpares del amor
perdiéndose en la silueta de un juego que iba de mayor a menor.
De esencial al mero saborear efusivo que no arreglaba nada más que estrés.

Adiós columpios, adiós ansiosa ventana, adiós autobús rojo,
Adiós parque y domingo en Miraflores.
Nos encaminamos a desintegrar nuestro camino.
A recordar el día en el corrí a tus brazos y tú me sorprendiste con tu espalda.
Salí corriendo, y lo que abrazas ahora no es más que mi sombra
y la lección en una hoja en blanco
que sólo podrás ver cuándo limpies tu corazón, es decir
cuando en tus ojos floten colores y texturas
que atrapen la magia de un momento detenido por el tiempo.
Cuando cada caricia sea la danza de un poema sobre una mejilla.
Cuando hagas durar tus mentiras, reafirmando que siempre es nunca. Y que nunca te rendirás.
Y esperes horas de horas en una noche gélida hasta tener la incertidumbre
del destino de tu dignidad sin inflar tanto el pecho.
Cuando cedas tu poder por amor. Cuando ablandes y vulneres tu control.
Cuando dejes de hablar por celular al ver la mujer de tu vida llegar.
Cuando hayas entregado todo, pese a no haber recibido lo mismo.
Cuando finalmente entiendas y estés seguro que no habrán más desencuentros.

Esta vez... no volteé más.
Un grito fue el final.
Un grito fue la señal más mortal
de que la puerta que una vez se abrió
se había cerrado para siempre.

POEMA: "DE TIN MARIN DE DO PINGUE"

  Stephany Calderón · POEMA "De Tin Marin De Do Pingüe"