La historia del lobo y su Luna imposible


En un reino en donde solo era de día, el sol iluminaba y nunca se iba. Como un deseo en una noche imposible la boca de un lobo metamorfeaba un grito como señal a la exquisita Luna, su eterno amor. Amor que nunca vio desde que apareció en el bosque, pero que pensaba que veía al despertar de su siesta. De tanto delirar, confundía al Sol con la Luna.

"De noche los deseos nunca se cansan de esperar, y llegan a dar vida a esas mis esperanzas, como tenues luces que aparecen entre las ramas de los árboles este bosque"- dijo el lobo, que dejaba descansar su ferocidad y fortaleza en su pelaje. 

Para él ningún llamado propuso más esfuerzo que el ver a la Luna en todo su esplendor. Pero al no verla su suerte ponía colores azules a su corazón. Su destinataria, la Luna, no estaba.

“¡No hay Luna!”, “¡No hay Luna!”- gemía en sollozos. 

El tiempo pasó. Y se dice de que en todo el bosque, hay un solo lobo que aúlla taciturno en el día a la Luna. Acción que se repite desde entonces. Lo que no sabe es que a quien en realidad aúlla es la misma Luna que nunca cambió de vestido porque decidió ser eternamente Sol. Temía enamorarse y ser eterna para el lobo y por consecuencia dejar en eterna penumbra a los mortales que necesitan ver su descenso para seguir existiendo. 

POEMA: "DE TIN MARIN DE DO PINGUE"

  Stephany Calderón · POEMA "De Tin Marin De Do Pingüe"