Cannabis medicinal: Legalizar la otra cara de la cura


*Artículo periodístico sobre el polémico debate del uso medicinal de la marihuana en el Perú.

Una célula que aparecía y que era cambiada de canal hasta ser olvidada luchaba en silencio para combatir su mal, hasta que de pronto explotó. Hoy me vi cómo agentes de la Policía y la Fiscalía intervinieron una casa en San Miguel en donde un grupo de madres de familia fabricaban aceite de marihuana. Aceite que finalmente llegaba al paladar de sus hijos y pacientes a manera de tratamiento para luchar contra las enfermedades que los agobian. 
No se trata de un uso recreativo, donde a la marihuana te la puedes fumar, se trata de la administración responsable e informada de un tratamiento natural que ha mejorado la vida de muchos pacientes de diversas enfermedades a nivel mundial. 
El cannabis ha sido utilizado desde hace siglos por culturas antiguas de África, Asia, y pueblos originarios de América debido a su gran repertorio de propiedades medicinales. En los años 90, se descubrió que nuestro propio cuerpo segregaba un compuesto químico que activa los receptores cannabinoides de manera natural, llamada anandamida, la cual interviene sobre el control de la temperatura del cuerpo, del PH, el control del dolor, el apetito, etc.
Lamentablemente su uso fue haciéndose cada vez más difuso ante la aparición de la industria farmacéutica, que sobrepuso sus grandes ganancias económicas para evitar que la medicina natural y los tratamientos alternativos le quiten clientes a sus bolsillos. 
La falta de información, el desinterés a la indagación y crítica cultural, tomados de la mano de la globalización, disminuyeron la búsqueda de terapias diferentes. En muchos casos, altamente superior al efecto rebote o efecto cada vez más corto de las dosis de la medicina convencional. 
No solo hay estudios científicos que han probado la mejoría de pacientes con cáncer (quimioterapia), fibromialgia, alzhéimer, parkinson niños con epilepsia, etc, sino también hay testimonios llenos de esperanza sobre casos de personas y niños que pudieron mejorar y hasta anular sus enfermedades. Muchas familias como las de América Latina, gastan una gran suma de dinero día a día o semana tras semana para darles cocktailes de pastillas a sus niños de corta edad con el fin de recuperar su estado de salud.
En el país éste tema nuevamente sale a debate, pese a que en diversos países en el mundo, como Uruguay, Chile, Puerto Rico, Suiza, algunas parte de EE.UU, y hasta Colombia, país con tantos problemas debido al narcotráfico, han aprobado que se legalice su uso con fines medicinales.
Pero las madres peruanas que han visto mejoras o la evolución en la salud de sus hijos no comparten los parámetros de la ley. "Nos están tratando como narcotraficantes, como criminales, cuando somos madres que buscamos mejorar la salud de nuestros hijos", menciona una de las madres en plena intervención de los aparatos que procesaban el aceite de cannabis. Ellas se han visto en la necesidad de optar por la clandestinidad al ver que su petición colectiva ha caído nuevamente en saco roto, y no ha sido suficiente para despertar la conciencia y retomar su evaluación en las cabezas de las autoridades del Ministerio de Salud y las cláusulas de la Constitución, que no han agotado todavía los estudios necesarios para su legalización en el país, manteniendo una postura muy ambigua al respecto. 
En el Perú, está permitido portar un máximo de 8 gramos de marihuana, sin embargo, está prohibido que se compre y/o se venda. Son justamente estas contradicciones y vacíos legales que llevan a una eterna enredadera judicial, entre los afectados y las autoridades, por lo cual el proceso queda en nada. 
Si alguna autoridad se viera en la necesidad de optar por este tratamiento, probablemente el debate no fuera tan utópico de ganar. A mí parecer, hay mucha moral condenatoria que asusta a las personas para evitar optar por caminos desconocidos en búsqueda de su bienestar, y se crean mitos, refranes y hasta estigmas sin siquiera conocer en qué consiste y cómo funciona el tratamiento del que se habla. Las leyes deberían arreglar sus propios parámetros para evitar que más niños y pacientes que luchan diariamente contra sus males, sigan sin contar con una calidad de vida digna. Hace falta poner darle un poco de cura a esta sociedad ya cansada de su verdadera enfermedad: la falta de conciencia. 
Stephany Calderón (Maga Star)

POEMA: "DE TIN MARIN DE DO PINGUE"

  Stephany Calderón · POEMA "De Tin Marin De Do Pingüe"