lunes, 30 de octubre de 2017

Tommy, historia de un escultor al que sus lágrimas le regalaban la creación de su nueva obra


Tommy era un humilde obrero, aunque renegón,
Hacía las cosas con mucho empeño y corazón.
Instantes antes de que acabara la escultura en la que trabajaba
Sebastián, hijo del patrón, venía a destrozar la obra del arte que amaba.
Indiferente a las bofetadas de sus actos,
Sabía que su increíble ingenio llegaba hasta lo más alto.
Algo que en el fondo admiraba.
Reía con tono de burla y planeaba
Estrategias para estropear este nuevo trabajo que hacía.
Al escuchar los pasos del patrón, el obrero saltaba y daba retoques con gracia a
Las tareas asignadas, entre ellas la hermosa escultura, ahora hecha añicos por las manos de Sebastían.
Sin escuchar explicaciones o disculpas, este hombre culpaba a Tommy mientras sus lágrimas caían.
Tardó en reaccionar, y con su llanto y sus argumentos, huyó por el desastre que se le había atribuido.
Otra vez, el patrón castigó al buen obrero mientras su hijo erguido
Reía a carcajadas por el humillante acto de injusticia y amargura.
Y mientras las lágrimas de Tommy caían iban formando la silueta de su próxima escultura.

Pájara duerme

Siento que he sufrido suficiente que ya no puedo ir más abajo.  He vuelto a tocar fondo.  Voy de arriba a bajo y no estoy en ningún lado.  S...