Columpio estrellado

Mi equilibrio es que exista este lúgubre momento
para experimentar con un sol en el corazón
la brillante alegría que se asoma de sorbo en sorbo.
Es como ver a una mamacha de Bolivia
con una tabla de surfear.
Suposición autocumplida, quizás.
Un abrazo de chispas.
Meter el tiempo en la mochila o la cartera.
Posiblemente meter tus pensamientos a la lavadora.
Tenderlos con empeño, dejarlo al viento para
colocártelos y recolocártelos como nuevos.
Repetir esto tres veces x semana.
Divertirse con el tiempo, olvidarse de él
sin tener que ignorarlo.
Volverse aliados pacientes de la señora responsabilidad
que nunca duda.

Vos naces, vivis en este mundo. En este no-mundo.
La lluvia de hoy será la canción de mañana.
Madurez es dejar de hacer yan ken po con el destino.
Es dejar de echar la culpa a los demás.
Es dejar de decir: "quisiera que el día tenga más que 24 horas".
Es hacer más y quejarse menos.
("Lo demás es lo de menos")

Infinita estrella, llave silenciosa de las puertas del más allá.
Minúsculo lunar que transforma el Universo.

Mis ojos,  la promesa de una tormenta
con juguetonas luciérnagas.
Florecita del infortunio que llega
festejando con redobles de tambores los tumbos que dio
al llegar al inmenso patio de cuerpo sinfin
donde las nubes cantan y las historias tienen la sonrisa al revés.
No surprises. Te permites escuchar atentamente
el sonido de las llaves sobre la cama.
La voz ronca y apurada advierte que el paso rápido será
el ritmo para  acoplarme a este al mundo de las oficinas
y la incertidumbre
de no saber si afuera llueve o de pronto salió el sol.

Si sales a la calle, no te olvides de ti.
Hace tanto frío que tu olvido se me congeló.
Tibia oscuridad. Cometa
Cómete la hueca seriedad.
¿Para qué entonces sirve la fuente del tropiezo
y el columpio de la indecisión?




POEMA: "DE TIN MARIN DE DO PINGUE"

  Stephany Calderón · POEMA "De Tin Marin De Do Pingüe"