Siempre me tomé el juego muy en serio
tanto que me olvidé de mí.
La pasión se quedó en su nave y
el poema es lo que ahora sale a rebotar esplendor
en los lugares más ciegos.
Buscabas un reemplazo y lo conseguiste.
Volviste a caer, te levantaste,
cantaste la misma canción y a llorar lamentándote.
La historia se tendrá que repetir
cuantas veces sea necesario
hasta que aprenda,
hasta que me lleve algo diferente.
En las horas de reflexión,
una nostalgia que consuela y provoca otra vez
La tentación de la trampa, la montaña rusa de vaivenes,
el juego del amor
y el pensamiento reconfortante de recordar que
quien ha probado el vuelo
siempre caminará en la tierra
mirándolo
deseando volver.