Vislumbres del péndulo del tiempo

(Escrito hace más de 1 año)

Cuantas veces quisiera abrir mi vida, empezar de nuevo como quien abre una hoja nueva de word. Irremediablemente la globalización arremete con-tra la creatividad como un cuchillo afilado y salvaje. Sinceridad filuda, como andar desnuda en el templo de tu casa.

Hoy no fue un buen día. Debo de haber pasado saliva a la conciencia y estar anonada por el resultado. Perdida en el círculo de ideas arrastradas, aferradas a la focalización del ‘más allá’. Un paradero de larga calle sin nombre donde perdí la memoria. Voltear y desconocer por unos segundos donde esas (¿Dónde estás?) Y aunque hable el corazón valiente y diga “No estás sola, ya sabes cómo hacer cuando te pierdas”… Dolor en mi corazón. Se pinta de nostalgia, extraña los recuerdos, la memoria, lo extraordinariamente grande que era cuando era más pequeña, ¿Cuándo y cómo los poderes se nos deshicieron de las manos sin notarlo? Pero queda un poder, tangible pero no visible. Ardiente pero sin forma. Imán pero muy unipersonal, unitestimonial... La que escribe.

De pronto hace frío, y mis ojos ya no son los mismos. Tu mente ya no es la misma, ni misma la inteligencia, ni el entendimiento. Ahora soy un latido andante fulgorizador de emociones, destello de exclamaciones. Estoy hecha de helio al mundo.

Me meto en todo para avanzar pero me quejo de que el tiempo no alcanza. Luego lo dejo y otra vez... ¿Debería de soportarlo? ¿Sería justo? ¿Es que acaso me he dejado deteriorar por las andanzas muladares de la vida pasada? ¿Es que acaso, mi mente se ha programado para un final distraído e indeseado? Ahora lo sé. No solo pregunto ¿por qué? sino ¿para qué? Y me ando descubriendo frecuentemente, reconociendo quién soy.

Un eco silencioso que sólo yo se descifrar. Y me doy cuenta que escribo sobre todo y sobre siempre cuando hay tristeza en mi alma, cuando no quiero mirar nada, cuando el sol se va y me queda la angustia como nudo en la garganta como si tuviera que hacer cola para demostrar lo que aprendí muy bien pero que olvidé: remembranzas de victorias, jolgorio aún no devuelto de una fiesta real, con gente real.

Y por azar del deseo, el destino me ha dado duro en el epicentro, donde se había guardado el origen de la risueña saliente, esa que sigue. La cabeza agujereada que comenzó con… La indecisión de volverme canción, un cuento que se fue alejando y tornándose otro cuento: Mi cuento, el que era contado por ‘otra’. Los caminos olvidaron ese silbido del ropavejero en ese examen. Destellos de momentos cumbres que no quiero juzgar, que no voy a olvidar. Espereza, Esperanza…

Solo puedo comunicarme de esta manera, claramente, de esta manera. Tan sobria, tan sola, tan lejana…A decir lo que nadie entenderá. Para nada.

POEMA: "DE TIN MARIN DE DO PINGUE"

  Stephany Calderón · POEMA "De Tin Marin De Do Pingüe"